¿Cómo hemos llegado a esto? Supuestamente nos teníamos que apoyar la una en la otra. Supuestamente teníamos que defender la una a la otra. ¿Dónde quedaron todas nuestras promesas? Llenas de buenas intenciones, pero ocultando oscuras verdades. Ya no creo nada de lo que digas. No volveré a confiar en ti, ya la fastidiaste una vez y lo puedes volver a hacer porque todo se repite, todo. Pero como comenzó todo esto. ¿Acaso fue culpa mía? Tengo que volver a recordarlo todo...
Todo comenzó en ese año. Tú estabas enamorada de tu nuevo novio, y como siempre me dejaste sola. Porque es lo único que hacías, abandonarme. Pero esa vez decía que él era especial, que te hacía sentir viva. Y yo te escuché, porque eras mi amiga. Siempre te escuché.
Luego llegó aquel día, en el que me lo presentastes. En seguida me llamó la atención y él se preocupó por mi. Mucho más que tú en toda nuestra vida juntas. Y a pesar de mis sentimientos hacia él, yo seguí a tu lado, aguantándo tus elogios y viendo como os querías, mientras yo lloraba por las noches. Porque yo sabía que no iba a romper todo por él.
Porque eras mi amiga.
Al final resultó que nuestros sentimientos eran mutuos y tu novio te dejó por mi, y cuando él me pidió salir, yo le acepté, pero te oculté porque sabía que te enfadarías. Pero durante un tiempo fui feliz, hasta que volviste tú. Siempre tú, rompiendo mi felicidad. Le contastes mentiras sobre mi, le obligaste a que me abandonara y en vez de preocuparse por mi, me hablabas de tus problemas con el nuevo chico al que perseguías. Pero yo te perdoné. No sé por qué, pero lo hice.
Meses después todo cambio. Te marchastes de mi lado, encontraste a otra a la que podías agobiar con tus aburridos temas de siempre. Yo me busqué la vida. Hice nuevos amigos que me escuchaban, que me apoyaban en todo. Deje de vivir bajo tu sombra. Así paso un año de nuestras vidas.
Una mañana apareciste otra vez, solicitando mi ayuda. ¿Y qué hice yo? Ayudarte, porque te seguía viendo como mi amiga. Apesar de todo, te ayude. Te solucioné los problemas, aunque no me lo agradeciste.
Todo cambio al año siguiente. Decidiste probar cosas nuevas. Experimentaste demasiado y tu mente no lo aguantó. Cambiaste, ya no eras la que solías ser. Me apartasteis de tu lado y yo seguí con mi nuevo grupo de amigos. Allí encontré a otra persona afín a mí. Salimos juntos durante dos años y le entrgué todo el amor que tenía. Y luego volviste tú. Te colaste en nuestra vida e intentaste romperlo todo, por todos los medios. Contándo mentiras, haciendo trampas. Él y yo te apartamos, intentamos que no nos rompieras, pero aún te quedaba un as en la manga.
Le emborrachaste y te le llevaste, igual que un montón de otros chicos. Después se sentía horrible, tanto que rompió conmigo. Y así me tuviste a tu merced, otra vez.
Pero esa vez abri los ojos. Ya no te volvería a aguantar. Te grité todo lo que durante años había estado en mi interior. Te lo grité y me quede muy tranquila. Te borre de mi corazón. Ya no significabas nada para mi.
Aún así, intentaste poner a todo el mundo en contra mía, pero no lo lograsteis. Tu fama era superior a todas tus palabras. Todo el mundo sabía que utilizabas a la gente a tu antojo, que no tenias sentimientos verdaderos hacia nadie.
Y así, te puedo decir hoy en día: me alegro de haber roto nuestra amistad porque no valía la pena. Tú tienes la culpa de todo. Tú sola provocaste todo el caos.
Estoy mejor sin ti.